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El apego seguro modifica la arquitectura neuronal de tu bebé –favorece su desarrollo. Cómo aprende, cómo crece, cómo manejará el estrés en el futuro: todo depende de sus vínculos. En esta nota te explico por qué.

Los vínculos de apego, construidos y re-construidos de forma dinámica a lo largo del tiempo, nos demuestran que la forma de cuidado sobre las crías humanas regula la homeostasis interna (térmica, cardíaca, relación sueño/vigilia, hormonal, etc).
Por otra parte, las condiciones y características de los vínculos podrían regular la expresión genética de las principales funciones emocionales (por ejemplo, respuesta frente al estrés) en las etapas vitales iniciales y su permanencia en la vida adulta.
Por qué tu bebé necesita vínculos saludables
Desde nuestra más tierna infancia, el llanto es un aliado con el que contamos para comunicar nuestras necesidades de higiene, descanso, contacto, sostén, entre muchas otras.
Todas estas necesidades básicas podrían enmarcarse dentro de la gran necesidad de vincularnos con otros, porque son esos vínculos los que garantizarán nuestra supervivencia y nos permitirán sentirnos seguros para explorar y aprender.
En este sentido, es importante comprender que nuestra naturaleza humana nos hace ser uno de los mamíferos más vulnerables al momento de nacer:
- El ser humano es una especie altricial. Esto significa que nuestras crías nacen con mecanismos perceptivos escasamente desarrollados, con poca movilidad y un altísimo grado de dependencia. Incluso dentro de las especies altriciales, el crecimiento y desarrollo del ser humano es particularmente lento, requiere largos procesos de aprendizaje y precisa de la construcción de un vínculo de apego con, al menos, una figura adulta significativa que permita la supervivencia biológica y psicológica.
- El ser humano nace en estado de precocidad e inmadurez. Esto ocurre por varios motivos, uno de ellos tiene que ver con el despliegue y desarrollo que ocurrirá con mucha potencia durante nuestros primeros años de vida. Nuestro cerebro se desarrollará y crecerá en la primera infancia a una velocidad tan veloz como no lo hará en ninguna otra etapa de nuestro ciclo vital.
- El ser humano responde directa e inmediatamente a la interacción. Con las neuronas espejo como intermediarias, un recién nacido a término es capaz de imitar movimientos faciales simples. ¿Qué son las neuronas espejos? Son aquellas que nos permiten, mediante la imitación, repetir conductas observables para posteriormente incluirlas dentro del repertorio de conductas aprendidas.
Entonces, para que tu bebé pueda desplegar todo su potencial, es de vital importancia prestar atención a la atmósfera emocional que lo rodea.
Si ese entorno satisface sus necesidades básicas y es un lugar que le propicia seguridad (tanto física como emocional), con cuidadores disponibles y atentos con quienes construir un vínculo saludable, podemos decir que tu bebé estará contenido por un entorno propicio para nutrirse y crecer.
A través de esos vínculos que actúen como bases seguras, tu bebé comenzará a animarse a explorar cada vez más, sabiendo que cuenta con un refugio al cual volver en el caso de necesitarlo. Ese círculo virtuoso de seguridad se irá expandiendo de acuerdo a la etapa evolutiva que vaya atravesando.
Cómo se modifica el cerebro de tu bebé
Desde las neurociencias el cerebro es considerado como un órgano dinámico, que modifica sus redes neuronales a través de las experiencias que vivimos. La epigenética nos dice que, si bien nuestros genes no se modifican, sí se puede modificar la activación o inactivación de ellos a través de lo que nos brinda -o lo que escasea en- nuestro entorno.
La mirada amorosa, la presencia disponible, la voz que arrulla serán un canal que facilitará las conexiones neuronales relacionadas con la organización y el crecimiento. Al mismo tiempo propician que las tensiones cesen y los latidos cardíacos disminuyan. Por el contrario, cuando los estímulos del entorno son caóticos se activa el sistema de supervivencia.
Nuestro propio cuerpo se prepara para satisfacer estas necesidades del bebé segregando una hormona que favorece el apego emocional: la oxitocina. En un estudio longitudinal de seis meses de seguimiento con 16 familias que vivían con sus bebés recién nacidos, los investigadores Gordon, Zagoory, Leckman & Feldman demostraron que los niveles de oxcitocina aumentaron durante este período. En esa investigación las familias fueron filmadas y se observó una correlación entre el aumento de esta hormona y los comportamientos de contacto, estimulación táctil, vocalizaciones afectuosas y presentación de objetos.
Todo esto nos lleva a valorar la importancia que tienen los cuidadores primarios en el desarrollo saludable y en la arquitectura cerebral en las más tiernas y tempranas edades.
La endorfina y la dopamina
Cuando recibimos contención física y/o emocional de alguna persona significativa frente a situaciones hostiles, el cerebro de nuestro bebé libera beta-endorfina y dopamina. La beta-endorfina y la dopamina son neurotransmisores (conjunto de moléculas pequeñas que muestran acción sobre el sistema nervioso).
La beta-endorfina actúa de opiáceo y reduce el dolor.
La dopamina produce un efecto estimulante y energizante.
De esta manera se van construyendo circuitos de recompensa cerebral en el bebé que le brindan la seguridad necesaria para no permanecer en estado de alerta y poder explorar, aprender, crecer.
El cortisol
Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes nuestro organismo segrega cortisol, la hormona principal del estrés.
Si bien todos estamos expuestos a cierto grado de estrés en nuestra vida cotidiana, el estrés crónico significa estar expuestos a situaciones de vulnerabilidad y riesgo tanto a nivel físico, social y, sobre todo, emocional en forma permanente o semipermanente.
En estas situaciones, cuando el estrés se sostiene en el tiempo, el cortisol inunda el cerebro pudiendo afectar el funcionamiento del hipocampo. El hipocampo es una estructura cerebral que juega un papel primordial en la recuperación frente al estrés. Frente a situaciones de estrés crónico el hipocampo puede hasta llegar a reducir su tamaño, lo cual hace que la respuesta hacia el estrés se vea afectada en situaciones futuras.
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Hoy aprendimos de Daniela Savini, Puericultora, Lic. en Psicopedagogía con orientación en Neurociencias y Directora Académica del Posgrado en Neurociencias y Primera Infancia de la Universidad de Belgrano. Un lujo contar con su aporte para este blog. Para recibir todas las notas apenas salen y no perderte ninguna suscribite ACÁ.
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