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Si tu deseo es dar la teta más allá de los dos años, sabé que se puede. Quiero que leas la historia de Tracy y conozcas la evidencia científica que avala la lactancia prolongada1. Dar la teta puede ser “normal” incluso hasta los siete años.

Mi hijo se levanta de golpe. Son las dos de la madrugada y tuvo una pesadilla.
Cuando los abrazos no consiguen calmarlo, hago honor a su pedido: me tira de la parte de arriba de mi pijama, le doy la teta y él encuentra el consuelo que busca. La relajación y el alivio son inmediatos.
Inundada de sentimientos de gratitud por este superpoder maternal, me asombra que nuestro viaje nos haya llevado tan lejos.
Llevamos cuatro años y medio de teta.
Cuando siento el peso de su cuerpito en mis brazos, me siento transportada a los primeros días de la maternidad: sentada en la cama, con el almohadón de lactancia alrededor de la cintura, la luz encendida y el café en la mano, hipnotizada por mi bebé recién nacido.
Como madre primeriza, recuerdo que algunos familiares curiosos me preguntaban cuánto tiempo esperaba dar la teta: la verdad es que no tenía ni idea, pero respondía con seguridad: «dos años», justificando mi respuesta poco convencional diciendo que es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero cuando mi hijo cumplió dos años, no habíamos terminado. Y así, un día más se convirtió en una semana más. Las semanas se convirtieron en meses y los meses en años.
Cada día que puedo alimentar a mi hijo de esta manera es como una bendición, los dos estamos deseando que llegue más. Toma la teta al amanecer y al atardecer; una puerta natural entre nuestro sueño tranquilo y la energía de nuestros días.
De vez en cuando, mi hijo quiere teta para aliviar algún golpe, físico o emocional, y cuando lo hace, para mí también es oro en polvo. Unos momentos de meditación, en los que el mundo se detiene y sólo estamos mi hijo y yo. Unos momentos de lentitud que me dan espacio para contemplar la velocidad y la dirección de nuestras vidas.
Unos momentos para restablecerme y recuperar el aliento en nuestro mundo innecesariamente alocado.
Como la mayoría de nosotras, estoy sola en esto. De fácil no tiene nada, pero en muchos sentidos, es liberador. La otra cara de que casi nadie me apoye es una mayor sensación de libertad para tomar mis propias decisiones.
Pero escucho comentarios, y me llegan: «¡Si tiene dientes es demasiado grande para tomar la teta! ¡Si puede pedir leche es demasiado grande para tomar la teta! ¡¿No va siendo hora ya de que le devuelva las tetas al marido?! Esa mamá está dañando psicológicamente a su hijo».
Nuestra cultura occidental considera anormal la lactancia más allá de los dos años y, en muchos sentidos, conscientemente o no, sabotea esta práctica. Que una mujer decida amamantar o no, y durante cuánto tiempo, es una decisión personal que debe apoyarse, no juzgarse.
Este post no pretende dividir, sino compartir mi inesperada experiencia e informar a las madres (y a quienes las cuidan) para que todas nos sintamos capacitadas para tomar nuestras propias decisiones. Creo firmemente que «informado es mejor» y sólo una madre sabe tomar la decisión correcta para ella y su familia.
Razones por las que la lactancia materna después de la infancia es más que normal.
Acá abajo les comparto algunas razones por las que la ciencia demuestra que la lactancia materna después de la infancia es más que normal.
1. Porque los humanos estamos diseñados para tomar la teta más allá de los dos años
La Dra. Katherine A. Dettwyler, antropóloga y defensora de la lactancia materna, sugiere que la evolución dicta que nuestros hijos esperan ser amamantados entre tres y siete años 2. Katherine cita numerosos estudios antropológicos para determinar cuál puede ser la edad «normal» de destete:
- Cuadruplicar el peso al nacer: Las investigaciones demuestran que el destete se produce después de cuadruplicar el peso al nacer en los grandes mamíferos. En el caso de los humanos, esto ocurre en torno a los 27-30 meses.
- Peso corporal adulto: Otros estudios sugieren que los primates se destetan cuando alcanzan un tercio de su peso corporal adulto. En el caso de los humanos, esto significa destetar entre los cuatro y los siete años.
- Duración del embarazo: Los chimpancés y los gorilas amamantan más de seis veces la duración de la gestación. Si comparamos con nuestros primos más cercanos, los humanos amamantaríamos durante 4.5 años, es decir, seis veces la duración de la gestación.
- Erupción dental: Muchos primates amamantan hasta que erupcionan los primeros molares permanentes. En los humanos, esto ocurre entre los 5.5 y los 6 años.
2. Porque la leche materna no tiene fecha de vencimiento
Una investigación reciente de Vicki Greene, estudiante de biociencias del South Devon College (Reino Unido), se hizo viral cuando compartió imágenes de nueve placas de Petri que contenían la bacteria M. luteus, a las que había añadido leche materna humana de una madre de un niño de 15 meses y de una madre de un niño de 3 años3.
Los resultados fueron increíbles.
En el centro de la placa de Petri, donde se había colocado la leche materna, la bacteria había desaparecido por completo. Y se observaron resultados similares con E. coli y MRSA.

En 2010, un estudio pionero mostró que la leche materna contiene una sustancia llamada HAMLET que mata cuarenta tipos diferentes de células cancerosas4.
La composición de la leche materna cambia con el tiempo, pero lo hace para adaptarse a la evolución de las necesidades del niño. La idea de que la leche materna no tiene valor nutritivo ni función protectora a partir de cierta edad es falsa. Según un estudio publicado en la revista Pediatrics, el contenido en grasa y energía de la leche de las madres que llevan más de un año amamantando a sus hijos «aumenta significativamente» en comparación con la leche de las madres que amamantan a bebés más pequeños. Algunos factores inmunitarios también aumentan su concentración durante el segundo año de lactancia5.
Según KellyMom.com, 448 ml de leche materna proporcionan a los niños pequeños el 29% de las necesidades energéticas, el 43% de las necesidades proteínicas, el 36% de las necesidades de calcio y el 94% de las necesidades de vitamina B126.
3. Porque la lactancia materna protege a los niños, tengan la edad que tengan
La Organización Mundial de la Salud sugiere que «un modesto aumento de las tasas de lactancia materna podría evitar hasta el 10% de todas las muertes de niños menores de cinco años: La lactancia materna desempeña un papel esencial y a veces subestimado en el tratamiento y la prevención de las enfermedades infantiles7.»
La leche materna es una sustancia única que no puede reproducirse y que protege a bebés y niños contra las enfermedades independientemente de su edad.
En el segundo año posparto, la leche materna contiene concentraciones significativamente mayores de lactoferrina, lisozima e inmunoglobulina A que la leche de las madres primerizas (aunque tiene menos minerales)8. Los anticuerpos contra las enfermedades infecciosas se mantienen elevados durante toda la lactancia y, cuando un niño lactante se ve afectado por una enfermedad, el número de glóbulos blancos en la leche materna se dispara como respuesta. Se cree que el mecanismo que subyace a esta respuesta es la reacción del cuerpo de la madre a los fluidos de la boca del bebé durante la lactancia.
También es bien sabido que los bebés y niños amamantados tienen menos probabilidades de sufrir asma y alergias. Por otro lado, se cree que los ácidos grasos de cadena corta de la leche materna reducen el riesgo de desarrollar alergias alimentarias y otras enfermedades alérgicas9, 10.
Animate a la lactancia prolongada si es tu deseo
Antes de ser madre, ni siquiera creía que fuera a dar la teta, pero cuando nos entregamos a la maternidad, nos olvidamos de nuestros ideales preconcebidos y las normas culturales. Si hay algo que he aprendido en este viaje es que encajar está sobrevalorado. La autenticidad y seguir nuestros instintos es la clave de la verdadera pertenencia.
La lactancia materna es un superpoder maternal; no entiendo por qué renunciamos a ella antes de tiempo.
Un excelente artículo, “Por qué las madres amamantan a sus hijos más allá de los 2 años”, resume perfectamente mis sentimientos sobre la lactancia más allá de esa edad: «Por mucho que se haya intentado vender la distancia entre madre e hijo – mediante sustitutos de la madre, como corralitos y chupetes, o sustitutos del niño, como hobbies y mascotas- parece que no se puede cambiar a las madres. Seguimos siendo más felices cuando podemos abrazar a nuestros hijos»11.
Si deseás amamantar más allá de lo que dicta la sociedad, te animo a que sigas a tu corazón. Sentite fuerte sabiendo que, aunque seamos pioneras según los estándares modernos, las mujeres han amamantado a sus hijos más allá de los 2 años a lo largo de toda la historia de la humanidad. La ciencia lo confirma: amamantar más allá de los dos primeros años es NORMAL.
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https://letterstomywildling.com/2020/05/26/the-importance-and-benefits-of-extended-breastfeeding/
Fuentes:
1 https://raisedgood.com/nursing-your-toddler-how-to-ignore-judgmental-stares/
2 https://www.researchgate.net/publication/265185534_A_Natural_Age_of_Weaning
4 https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0009384
6 https://kellymom.com/ages/older-infant/ebf-benefits/
7 https://kellymom.com/ages/older-infant/ebf-benefits/
8 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26776058/
9 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18386435/
11 https://www.naturalchild.org/articles/guest/norma_jane_bumgarner.html