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Ser madres nos transforma, nos hace conscientes, nos hace dudar. Tal vez ni siquiera tenías/tenés muy claro qué es la placenta. Y ahora estás acá para enterarte cómo honrar a ese “árbol de la vida”. Además de contarte de qué se trata esta práctica ancestral que llamamos medicina o alquimia placentaria, te explico qué tener en cuenta si querés honrar ese vínculo único y tan estrecho que tenés con tu bebé.
¿Qué es la medicina placentaria?
La medicina o alquimia placentaria es una forma de honrar a la placenta, ese órgano tan importante en la vida de nuestro bebé.
La medicina placentaria utiliza la placenta como materia prima, de diferentes formas, para favorecer el bienestar físico y emocional tanto de la mamá como del bebé. Cada placenta es de cada díada (mamá-bebé); por esto, la fórmula de la alquimia es particular para esa mamá y ese bebé.

¿Qué podés hacer con tu placenta?
- Huella / Impresión de la placenta: consiste en plasmar la imagen de la placenta en una hoja de papel de acuarela.
- Cápsulas de placenta: la placenta se deshidrata entre 12 a 14 horas, se muele, y se encapsula para poder ser ingerida.
- Tintura madre / padre / cordón: el componente activo de la placenta se extrae por medio de alcoholes de alto grado (de la misma forma que se prepara cualquier otra tintura).
- Parches de amnios: se utilizan en cicatrización de heridas, quemaduras, alergias, episiotomías y grietas de pezón. Permiten una perfecta y rápida cicatrización sin dejar marcas.
- Artesanías: atrapasueños con el cordón deshidratado, tamborcito (calabacines con amnios deshidratado).
- Cosmética natural con extracto de placenta: cremas, champú, crema de enjuague, y jabones realizados con insumos 100% naturales a los que se les agrega extracto de placenta deshidratada para potenciar sus efectos.
- Sal marina o chocolates con extracto de placenta: tanto a la sal marina como a la mezcla del chocolate se les agrega extracto de placenta deshidratada como forma de ingerir la placenta.
¿Qué es la placenta y por qué la honramos?
La placenta es el órgano encargado de nutrir, de proteger y de mantener oxigenado al bebé que se está desarrollando y creciendo en la panza de su mamá. Su función termina cuando el cuerpo la alumbra luego del nacimiento.
La placenta es el único órgano que pertenece a dos personas al mismo tiempo. Unida a la pared interna del útero y al bebé en formación, representa el estrecho y delicado vínculo mamá-bebé y su íntima conexión, asegurando un flujo vital constante, como el árbol que hunde sus raíces en la tierra para nutrir al fruto. Justamente por su hermosa forma es que se la conoce como “árbol de la vida”, porque permite nada más ni nada menos que la vida.
Placenta en latín significa torta plana y es el origen de la famosa torta de cumpleaños que soplamos año a año. Casualmente todos los años preparamos una torta decorada con todos aquellos ingredientes que nos gustan como símbolo para festejar nuestro nacimiento. Por medio de este ritual que hacemos, probablemente sin saber y sin darnos cuenta, estamos honrando nuestra placenta, esa unión sagrada que perdurará para siempre. Antes de compartirla con quienes nos acompañan (familia y amigos), soplamos las velitas como símbolo del corte del cordón con fuego, como hacían antiguamente algunas culturas, y pedimos los 3 deseos para que ese año que comienza nos traiga lo que tanto deseamos y anhelamos.
Placentofagia: una antigua forma de medicina placentaria
La placentofagia es el consumo de la propia placenta tras el alumbramiento. Al reincorporar la placenta al cuerpo de la madre se reintroduce lo que originalmente la placenta tomó de ella. No forma parte de la cultura del nacimiento de la mayoría de las sociedades de la actualidad.
Se ha descubierto que el gen PEG3 se activa con el trabajo de parto, induciendo el comportamiento maternal y la ingesta de la placenta. Este gen es transmitido por el varón quien, sin embargo, no lleva a cabo el parto. Posiblemente si se transmitiese a través de la hembra, y ésta dejase de activarlo, se produciría la pérdida del gen no utilizado en el transcurso de las sucesivas generaciones. Así, en el caso de los seres humanos actuales, aunque no se haya practicado la placentofagia durante generaciones, es posible que sigamos conservando el gen que la induce.
Cada vez más mujeres consumen su placenta tras el alumbramiento para aprovechar los beneficios que tiene esta práctica para la salud. En general, la placenta se consume deshidratada, en forma de cápsulas o incorporándola a ciertos alimentos (sal marina, chocolates).

Los beneficios de la placentofagia son:
- Restaurar energía tras el esfuerzo del parto
- Aportar hierro, minerales y vitaminas
- Balancear niveles hormonales
- Reducir loquios o sangrados post parto
- Aumentar la cantidad de leche y mejorar la calidad de la misma
- Ayudar al útero a contraerse a su tamaño original
¿En qué casos no puede practicarse la placentofagia?
- HIV
- Hepatitis B
- Sífilis
- Estreptococo positivo (sin tratamiento)
- Diabetes con tratamiento de insulina
- Herpes Zoster
- Toxoplasmosis
- Preclampsia
- Eclampsia
- Trombofilia
- Fiebre materna en trabajo de parto, parto y post parto
- Eritroblastosis
- Colestasis
- Toda patología materna/fetal de inmunosupresión o infecciosa
- Placenta impregnada con líquido amniótico meconial
Conservación y manejo de la placenta
La placenta tiene una cara fetal que está orientada hacia la cavidad amniótica y que está compuesta por el amnios y el cordón umbilical, cuya inserción suele ser central. Su color es gris brillante; suele tener color verdoso cuando se encuentra impregnada con meconio. La cara materna es la que está en contacto con la pared del útero a través de los cotiledones que son los que se adhieren a ella. Estos cotiledones o lóbulos placentarios tienen diferente tamaño y cada placenta tiene aproximadamente unos 15. Esta cara suele tener un color rojo vinoso.
La recolección de la placenta debe ser enseguida del alumbramiento. Se debe poner inmediatamente en una bolsa limpia, tipo ziploc, y refrigerar.
- En ningún momento debe perder la cadena de frío y no debe ponerse en formol
- El traslado debe realizarse en conservadora con unidades refrigerantes
- Puede permanecer en la heladera hasta 5 días, luego debe freezarse
- Se puede realizar la medicina de una placenta freezada dentro de los 6 meses posteriores al nacimiento
Es de suma importancia acudir a personas certificadas y de confianza para realizar este proceso, que mantengan los métodos de bioseguridad necesarios para evitar el riesgo de contaminación y que la alquimia resultante sea segura.
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Conocer tu placenta, honrarla mediante la alquimia, agradecerle cómo cuidó de tu bebé… es algo hermoso que podés hacer como mamá, como familia. Soy Belu Ossuna y te acompaño en este camino. Encontrame en https://www.instagram.com/beluossuna.maternidad/.
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