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Sabrina Cristofano, diseñadora de indumentaria y creadora de LOIDA.naturals®, nos cuenta cómo al convertirse en mamá y descubrir los pañales de tela empezó un camino que la llevó a reencontrarse con lo natural y a adoptar una nueva filosofía de vida.

“Todo empezó desde la basura que generaba, o que iba a generar, porque arrancó desde que estaba embarazada, viendo lo de los pañales de tela”
Textual de Sabru, así empieza su historia:
Un día, un amigo de Martín (mi pareja), que tiene como 5 hijos, me dijo: “hace 10 años que uso pañales”.
Fue como si me hubiesen tirado una granada de información. ¡Qué horror!, pensé.
Justo estaba en Italia en ese momento y una chica me dijo: “acá muchos usan pañales de tela”.
¿Qué? ¿Pañales de tela? Eso es prehistórico, pensé yo, mi mamá conmigo usó pañales de tela.
Empecé a investigar, a ver que los pañales no se degradaban –ningún pañal se degradó desde que se inventaron. Me pareció terrible.
Compré, me animé, empecé.
Todo el mundo me decía que estaba loca. “No vas a poder”, me decían.
La gente me tiraba tan abajo, me decía que estaba tan loca, que yo más sabía que lo iba a lograr.
Esto fue hace 8 años, en Argentina había dos o tres marcas nada más, caí en un grupo de facebook, éramos muy poquitas, algunas ya sabían usar porque se habían traído de afuera. Ahí arranqué con los pañales de tela.
Ahí arrancó mi viaje. Un viaje hacia la conciencia, en el que empecé a ver y elegir ver todo eso que no quería ver.
Pañalear viajando: se puede
Por el trabajo de su pareja, Sabru y su familia viajan cada 6 meses. Viven en casas enormes, en casa chiquititas, en hoteles… La ropa que tiene es la que entra en su valija: 2 sweaters, 2 jeans, 2 remeras, 2 shorts… “Te das cuenta que podés vivir solo con eso por 6 meses”, cuenta Sabru.
Viajar te hace darte cuenta de todo lo que no necesitás.
Sabru siempre usó pañales de tela (e higiene menstrual ecológica también), aunque estuviera de viaje.
“He estado lavando pañales en baños de hoteles”, cuenta Sabru, y agrega: “se puede, como mucho te queda un poquito más de olor hasta que consigas un buen lavarropas y lo puedas lavar mejor”
Sabru nos invita a pensar qué es lo peor que puede pasar: ¿pusiste mal un pañal y se le pasó pis a pantalón?, ¿no enjuagaste bien y el jabón que quedó le irritó un poquito la cola? Es prueba y error.
“Los daños colaterales son tonteras a comparación de poner plástico en la cola del bebé todo el tiempo”, piensa Sabri.
Los pañales de tela como punto de partida
Para Sabru, empezar a usar pañales de tela fue un pequeño pasito, un pequeño cambio que la llevó a un millón de otros cambios.
Fue abrir una puerta que la llevó a un mundo interminable de cosas que podía ir cambiando –se transformó en una filosofía de vida que, como ella misma dice, te inunda y contamina (en el buen sentido de la palabra) todo lo que tocás.
“Es como si un velo que me tapaba los ojos se me hubiese caído, y ya no hubo vuelta atrás”, dice Sabru.
Empezó a pensar no solo en la basura que generaba, sino a preguntarse qué pasa cuándo se fabrica ese producto, quiénes están involucrados. Se empezó a motivar por el cuidado de los animales, por el cuidado del medio ambiente, por el mundo que quiere dejar, y por lo que le quiere enseñar a sus hijos.

Se encontró con una comunidad, una tribu que hacía un montón de otras cosas además de los pañales. Y desde ahí no paró de cambiar hábitos: usa productos de higiene menstrual sustentables, reemplaza el algodón o el papel con tela, elige madera en vez de plástico (por ejemplo en juguetes), compra prácticamente todo usado, compra a emprendedores porque sabe dónde fabrican y cómo, elige proveedores locales para los alimentos, compra a granel, no consume animales, separa los residuos, composta e hizo una huerta con su familia, reduce el plástico al máximo en eventos (cumpleaños por ejemplo).
Sabru composta con sus hijos, separan la basura juntos. En todo momento, desde que va a consumir, a hacer, a comprar o a comer algo, está pensando de qué forma lo puede hacer más sustentable. Sabru dice que a veces los chicos lo entienden, a veces no. Pero igualmente la semillita está plantada y es imposible que no lo sientan. Para trasmitir, nada mejor que el ejemplo.
Como dice Sabru: “Todo lo que te viene y todo lo que te abre es tan positivo y tan lindo que vale la pena el esfuerzo. Tiene mala prensa, pero es un poquito más de esfuerzo nada más”.
De los pañales de tela al parto en casa
Sabru tuvo a su primer hijo por cesárea. Algo no le cerraba: siente que a Camilo lo sacaron antes de tiempo.
Unas amigas del mundo de los pañales de tela le mencionaron el grupo de Facebook PVDC (Parimos vaginalmente después de una cesárea). Al poco tiempo pidió entrar.
Sabru leyó, se informó, confirmó lo que sentía: Camilo podría haber elegido un día para nacer, podrían haber esperado a que se desencadene el parto.
“Le pedí perdón y también me perdoné a mí misma. Pero también me prometí que mi próximo bebé iba a nacer diferente, todavía no sabía exacto como iba a hacer, pero quería que sea en CASA”, recuerda Sabru.
De nuevo los comentarios: “es una locura”. Como a muchas que toman esta decisión, a Sabru también le dijeron todo lo que le iba a pasar por ser tan irresponsable de elegir algo así, las cosas más terribles que una puede imaginar, y las que una no puede imaginar también.
Pero ella había aprendido a cuestionarse, a poner en duda todo lo preestablecido. Sabía que era una decisión informada y tomada con mucha responsabilidad.

Benita nació en casa 4 años después de que Sabru y su familia hayan empezado a transitar otro camino, el de la consciencia, el de cuestionarse lo preestablecido, el de pensar en el bien común más que en satisfacer sus necesidades inmediatas.
Sabru tuvo un parto soñado, según ella el día más hermoso e impactante que vivió en su vida. Podés leer su relato de parto acá, es realmente muy emocionante.
De los pañales de tela a refundar su marca de ropa
LOIDA.naturals® nace antes de que Sabru haya conocido los pañales de tela, allá por el 2006. En ese entonces, Sabrina vendía prendas en cuero hechas por artesanos.
Haber conocido los pañales de tela la llevó a cuestionarse todo, cambió su personalidad, su estilo de vida, y no le quedó otra que cambiar su marca.
Hoy Sabrina vende prendas atemporales hechas a partir de fibras naturales, con tonos neutros, colores tierra que nos acercan a la naturaleza. Gabriela Mandarina es quien confecciona las prendas, en su propio taller. Y Sabru las estampa de manera manual con serigrafía artesanal. Es importante saber quién hace nuestra ropa, saber que esa persona está siendo respetada y su trabajo valorado.
LOIDA.naturals® es una marca respetuosa con el medio ambiente que aporta una consciencia ecológica y social.
Los productos son 100% hechos a mano, y la mayoría de ellos, son únicos, es decir, solo hay uno de ellos. Las prendas pueden degradarse rápidamente una vez pasados muchos años (“ojalá muchas generaciones”, espera Sabru). Todo es atemporal y se puede usar y combinar con todo, en cualquier época del año. Además no hay talles, las prendas se adaptan a muchos tipos de cuerpo.

LOIDA.naturals® también pone a la venta hallazgos vintage. Cada vez que viaja a Europa, Sabru recorre los mercados de segunda mano en busca de “tesoros únicos” como los llama ella. Y hace lo mismo acá en Argentina. Podés descubrir cosas realmente muy lindas y difíciles de encontrar.
En este momento Sabru está en Francia y el Shop está cerrado, cuando vuelva podés visitar su showroom en PiIar.
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Sabru dice que cuando arrancás te das cuenta que siempre falta algo y que eso, a ella, le da más ganas de seguir. Compartí su historia más abajo y suscribite a la newsletter para recibir en tu e-mail esa información que no circula tanto y que te va a ayudar a transitar tu maternidad desde la consciencia.
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