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Cuando pensamos en sobreestimulación se nos vienen las pantallas a la cabeza, pero podés estar estimulando de más a tu bebé de maneras más sutiles. En este sentido, la elección de los juguetes y cómo acompañás el juego son determinantes para el desarrollo de bebés, niños y niñas sin sobreestimularlxs.
¿Qué es la sobreestimulación?
La sobreestimulación, también llamada hiperestimulación, es una situación en el que el bebé recibe más estímulos de los que puede procesar.
Música alta, la tele prendida, luz fuerte… ¿cómo te hace sentir? Seguro empezás a gritar en vez de hablar, te desorganizás. Es lo que nos pasa cuando nos llegan estímulos de todos lados, nos desorganizamos.
Un bebé no puede ubicar los estímulos a nivel cognitivo, no puede discernir que tal sonido viene de la radio, tal de la tele. Si lo bombardeamos con estímulos se va a tensar, a crispar, va a empezar a llorar. Es lo que Micaela Pes, psicomotricista, llama una crisis de desorganización. Es un bebé sobreestimulado.
¿Qué causa la sobreestimulación?
Nosotros, entre otras cosas, vendemos juguetes para bebés y niños/as. Y hay un juguete que es, por lejos, el menos vendido.
¿Qué es esto? ¿Para qué sirve? Es lo que piensa la mente adulta cuando lo ve.
No es por auto criticarme, pero la mente adulta muchas veces no entiende nada. O la mayoría de las veces, por lo menos, de las cuestiones más básicas y simples…no entiende nada.
No entendemos nada.
Por eso nos pasa que no entendemos este juguete.
No, no tiene un objetivo en concreto.
Son 3 círculos de bloques de madera, cada uno en una escala cromática distinta: rojo, verde y azul. Cada torta contiene 5 bloques.
Podés pensar…
…ah! son tortas…se arman las tortas de diferentes colores…
…¿no hay más nada qué hacer con este «juguete»?…
…suena aburrido…
En algo te doy la razón, este juguete no es lo primero que se te viene a la mente cuando pensás en juguete.
Pero olvidate de tu mente adulta un momento, pensá en modo bebé o niña/niño.
Este juguete tiene todo lo que necesita.
Le permite tocar, probar, manipular, investigar.
Ensaya construcciones sobre el piso o para arriba.
Arma figuras.
Escenarios.
Inventa historias.
Usa su cabeza.
Acompaña el crecimiento y las necesidades de tu bebé…
…a medida que crece, lo va usando de distintas maneras.
Por todo esto, es el juguete que nadie compra pero todxs deberían comprar.

Cuando hablamos de juguetes, la sobreestimulación puede venir en dos formas:
- Un juguete que hace, que dice los colores, que suena. Las pantallas entrarían en esta categoría de “juguete”.
- Un adulto/a que le da demasiada información o lo hace jugar: poné acá, llevá allá.
En definitiva, es el juego dirigido, ya sea por parte de una persona adulta o por parte del mismo juguete, lo que genera sobreestimulación.
¿Qué consecuencias tiene la sobreestimulación?
La sobreestimulación genera diferencias a nivel conductual, explica la psicomotricista Micaela Pes. Un bebé sobreestimulado tiene un tono elevado, está en alerta (si prestás atención vas a notar que cuando tu bebé llora se pone duro); un bebé relajado tiene el tono bajo. El tono es la contracción mínima del músculo y está ligado directamente al sistema nervioso.
El niño o la niña que ha recibido más estímulos se crispa más fácil, tiene menos tolerancia a la frustración, necesita del otro constantemente porque construyó su juego en base a la presencia o no de otro, necesita constante atención. Lo que sucede es que la sobreestimulación ha obstaculizado los recursos de ese niño o esa niña.
En cambio, el niño o la niña que tuvo la posibilidad de jugar libremente y explorar, que ha podido construir el juego desde sus propios recursos, tiene más autonomía para salir de situaciones que lo estresan, que le generan malestar.
¿Cómo evitar la sobreestimulación?
Para evitar sobreestimular a los bebés tenemos que limitar la cantidad de información y estímulos que reciben, estímulos que todavía no tienen la posibilidad de comprender, de poner en palabras.

- Reducir la cantidad de objetos a la vista y guardar los objetos que ya no usemos antes de pasar a otro juego. Si tenemos que esquivar los juguetes en el piso, nos desorganizamos a nivel corporal.
- Ofrecer objetos que el bebé pueda sostener con sus manos y manipular fácilmente. Esto es importante porque la conquista del cuerpo parte de la conquista del ambiente. Poder manipular y conquistar objetos nos hace conquistar movimiento. No es una sin la otra.
- Ofrecer objetos que el bebé pueda identificar a simple vista, para que quiera alcanzarlo. Si ponemos 5 objetos que exploten de color, cuesta identificar qué es cada objeto. Podemos ofrecer uno con contraste (blanco y negro, rojo y blanco) y otro color natural.
- Darle lugar al bebé a que explore. Muchas veces felicitamos a los bebés cuando hacen lo que nosotros esperamos que hagan (lo que se supone que hay que hacer con el juguete). Esto está ligado a la expectativa de lxs adultxs: el juego libre tiene que ver con el deseo del niño/a, quizás sabe cómo hacer eso que nosotrxs esperamos pero tiene más ganas de hacer otra cosa.
- Ofrecer objetos simples (un objeto lleno de dibujitos y colores desorganiza), adaptados a las posibilidades del bebé. La simpleza brinda mayores posibilidades de accionar sobre el objeto.
Los juguetes que invitan al juego y no sobreestimulan son en general objetos nobles, que no tienen impacto sobre el bebé (usan pinturas no tóxicas, se pueden chupar), que no tienen impacto ambiental negativo y duran muchas generaciones, que ofrecen una experiencia sensorial completa.

“El niño se va a adaptar a cualquier cosa que el adulto le ofrezca” dice la psicomotricista Micaela Pes.
Elijamos bien.
Juguetes que invitan al juego y juguetes que no
Cuando el objeto hace mucho, la persona no hace. Y si un juguete hace sonido, se mueve, se ilumina con solo apretar un botón, al niño o a la niña no le queda mucho por hacer. Cuando pasa esto, tenemos dos problemas:
- El bebé no tiene que pensar. ¿Cómo se hace?, ¿cómo se usa?, ¿qué hago con esto? Pierde la oportunidad de desplegar su imaginación, su creatividad, no puede accionar sobre el objeto así que se dispersa, pierde rápidamente el interés y no aprende.
- El bebé pierde la oportunidad de vincularse con el otro: los bebés arman juego gracias a una persona adulta que sostiene. Si el objeto habla, camina… la persona adulta no tiene nada que facilitar ni sostener.
Son los juguetes simples los que invitan a la exploración y habilitan la maduración, el crecimiento y la construcción psíquica. A veces lxs adultxs nos “asustamos” cuándo no entendemos para qué es el juguete (pasa mucho con los bloques de madera como te contaba arriba); en cambio nos sentimos segurxs con una torre de encastre donde “lo que hay que hacer” está bien claro. Ambos juguetes fomentan el aprendizaje sin sobreestimular pero está claro que los bloques ofrecen más posibilidades de juego, casi infinitas.

El experimento Spielzeugfreie Kindergarten
Hace unos 20 años, los investigadores alemanes Elke Schubert y Rainer Strick hicieron un experimento en un jardín de infantes de München: sacaron todos los juguetes de una sala del jardín por tres meses, dejaron sólo sillas y sábanas, y observaron el comportamiento de los y las niñas.
No había ningún tipo de estructura. Podían hacer lo que quisieran cómo quisieran.
El primer día, parecían confundidxs y aburridxs. El segundo día, comenzaron a jugar con las sillas y las sábanas. Al poco tiempo, ya estaban “construyendo” cuevas, corriendo por todo el espacio, riéndose, interactuando con lxs demás.
Después de 3 meses, los niños y las niñas habían desarrollado sus habilidades sociales, jugaban de manera creativa e imaginativa, había menos fricción y peleas entre ellxs.
La conclusión: las niñeces pueden verse “sofocadas” por el exceso de juguetes, de manera que les es más difícil concentrarse y prestar atención.
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«Cuanto menos cosas haga un juguete, más cosas hará la mente del niño», creo que esta frase lo resume todo. Más abajo podés suscribirte a la newsletter; si querés tener otra mirada sobre temas de crianza y gestación, donde el foco esté en el bienestar del bebé, te recomiendo que lo hagas.
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